UNA VIDA, UNA MISIÓN

Los asentamientos humanos o “pueblos jóvenes” existentes en la periferia de la ciudad de Arequipa son lugares donde las carencias son múltiples. Los servicios básicos son deficientes y la atención del gobierno es casi inexistente. Esos problemas han alterado fuertemente el modo de vida de la población que habita en esas zonas. Es evidente el peso del sufrimiento y la impotencia. Muchas personas carentes de recursos económicos, a pesar de su esfuerzo por mejorar su situación, aguardan con esperanza, la ayuda solidaria. 

Padre José Schmidpeter en Alto Selva Alegre

La miseria, pero sobre todo las deficiencias visibles en atención médica, la necesidad de atención pastoral y acompañamiento espiritual tan necesarios en estas zonas, fueron los motivos por los cuales el sacerdote comboniano Josef Schmidpeter, decidió enfocar su trabajo especialmente en este contexto. El “Padre José” (como se le conoce) nació en Laibstadt, Alemania, el 14 de febrero de 1936. Ordenado sacerdote el 29 de junio de 1963, fue formador de jóvenes misioneros durante 16 años en Alemania. Delegado de su primera diócesis para las misiones, razón por la cual viajó a diferentes países de África, América y Asia. En 1981, llegó al Perú y en Arequipa fue subdirector del Seminario Arquidiocesano “San Jerónimo”, promoviendo con mucho fruto, las vocaciones sacerdotales y religiosas. 

Nombrado párroco en la parroquia del Espíritu Santo en Alto Selva Alegre y guiado por el espíritu de la doctrina social católica y en la vida y obra de Adolf Kolping, estableció una red de solidaridad a favor de las necesidades de la población más desposeída de los países en vías de desarrollo y junto a su amigo alemán Erich Hagenmaier, dieron comienzo a una gran obra. 

Comenzó con un pequeño centro médico, como parte de la acción pastoral y de promoción humana de la parroquia. En 1991 fue llamado por sus superiores religiosos de su Congregación a Europa, primero a Neumarkt y luego a Ellwangen donde fue miembro de la Junta de la provincia por varios años. En diciembre de 2001, bajo su dirección espiritual se conformó un equipo de profesionales peruanos y contando con el apoyo de amigos y benefactores de Alemania fundaron la obra denominada: «Policlínico Social Alemán Espíritu Santo». 

Así narra su vivencia el Padre José: “En Perú y específicamente en los pueblos jóvenes de Arequipa, me encontré con gente pobre, enferma y sin formación cristiana. Yo sentía que el Señor me había enviado para curar a los enfermos y evangelizar. Por eso surgió la idea de los policlínicos, empezamos con un primer dispensario médico entre 1981 y 1982. Comencé con un grupo de personas que me han acompañado y ayudado mucho, hasta hoy.  Ha sido un milagro conseguir los recursos para construirlos”. 

Además de los policlínicos la obra se ha diversificado hacia otros servicios de promoción social: la Asociación Pro Espíritu Santo financia la Casa del Adulto Mayor del Espíritu Santo que alberga a ancianos desamparados cubriendo todos los gastos de mantención, vestimenta, alimentos y salud. Esta casa es atendida por laicos profesionales.

Además se brinda desayuno diario y gratuito a tres albergues de niños huérfanos y abandonados y ayuda con estudios a niños de familias de escasos recursos económicos. 

El Padre José, añade: “Estas obras son extensión de mi vocación, estoy muy convencido de que ésta era la intención de Daniel Comboni, las personas, los enfermos, los colegios. Nos hemos preocupado no sólo por construir estructuras, sino por ayudar a la gente. Nuestra misión es la evangelización, la formación cristiana y la promoción humana”.

En su afán de difundir la Buena Nueva y para irradiar la fe, fue un incansable promotor en la construcción de templos y capillas en su jurisdicción. Así se pueden mencionar los siguientes: el Templo de San Lorenzo en la parte alta de Alto Selva Alegre, San José Obrero, Señor de Huanca, Leones del Misti y la renovación de la capilla del Cerrito. Actualmente, en la Parroquia El Buen Pastor cuya sede es en el pueblo joven Independencia, viene trabajando en el mejoramiento y construcción de capillas en los asentamientos humanos “El Huarangal”, “Villa Ecológica”, “Villa Asunción”, “Tres balcones”, entre otros. 

Muchas familias de la zona, recuerdan con inmensa gratitud al Padre José no solo como el pastor que les guía espiritualmente, sino que materialmente les ha ayudado a gestionar los servicios de agua y desagüe en el Pueblo Joven Independencia zona A. Impulsó la creación de comedores populares y con su ayuda, la población de la zona pudo sobrellevar el colapso económico y político originado por el gobierno de Fujimori en la década de los años 1990. 

Dentro de los hechos anecdóticos que definen sus rasgos de bondad y misericordia, se puede mencionar que en una oportunidad al sufrir un cuantioso robo y para que el ladrón (que fue identificado y capturado) no fuera a la cárcel, no presentó la denuncia. 

Siempre en su vocación misionera y de servicio, el Padre José, solicitó a su sede central en Roma, el permiso correspondiente para trabajar a favor de los enfermos en Arequipa Perú y culminar la obra en los Policlínicos Social Alemán “Espíritu Santo”, que ya venía apoyando desde Alemania, recibiendo el permiso por espacio de tres años.

Al retornar a Arequipa, movilizó a muchos amigos y benefactores alemanes para procurar el financiamiento para la construcción del primer local del Policlínico Social Alemán “Espíritu Santo” en Alto Selva Alegre. A través de las amistades que tiene en su natal Alemania, amigos de buena voluntad que aportan cantidades variadas a favor del proyecto, se ha inaugurado una moderna infraestructura y equipamiento médico de alta calidad que beneficia actualmente a pacientes provenientes de las zonas periféricas de la ciudad y de los departamentos de Cusco, Puno, Ayacucho, Tacna, la mayoría de escasos recursos económicos.

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